Siempre es intrigante la capacidad del ser humano de sublimar su
naturaleza a través del arte; al realizar un análisis histórico de una de las
etapas mejor documentadas de explosión creativa se descubre que es un tejido de
factores en juego, una combinación afortunada. La música es un bastión de
creatividad, representa la cultura y la conformación de individuos y grupos que
la expresan. El jazz, más que un género, es una liberación. Nació al sur de los
Estados Unidos en la fusión entre lo
africano, lo americano y lo europeo, desarrolla el sentimiento de sufrimiento y
desigualdad de la cultura afroamericana. Sin embargo el jazz es nutrido de un
espíritu de rebeldía y libertad, un desacato honorable a los cánones musicales
europeo-occidentales; pues el jazz no puede ser re-producido, se reinventa cada
noche, en cada sesión, bajo la virtuosa improvisación de sus exponentes.
Video: In a sentimental
mood-Duke Ellington, John Coltrane (1935)
Como contracultura
el jazz se estableció rápidamente, aunque
no fue del agrado de la sociedad conservadora, el contenido musical evidenciaba
la falacia del sueño americano. Al paso del tiempo, el jazz se integró como una voz natural americana, perdió
espontaneidad, sus melodías se simplificaron y sus ritmos se suavizaron para
hacerlos bailables, es decir, perdió su esencia espartana. No podemos decir que
el jazz no evolucionó en esta etapa, ciertamente, la aportación de músicos
blancos como Benny Goodman fue valiosísima. A esta etapa se le llamó “swing”.
Como en cualquier movimiento vanguardista, existieron grupos
disidentes no conformes con la dirección
que el jazz venía tomando. Algunos músicos se reunieron para formar sesiones de
improvisación y deconstrucción musical, rearmando armonías establecidas,
sustituyendo sus acordes, reconfigurando las melodías hasta formar canciones
totalmente nuevas. De forma casi natural, el jazz norteamericano se empataba
con las contemporáneas escuelas ideológicas francesas estructuralistas y
deconstructivistas, cada cual en su trinchera. Esta música se enriqueció a un
nivel superior en armonía, ejecución y ritmo, verdaderamente más estimulante
para el intérprete y el auditorio. La música ya no invitaba al baile, sino a la
analítica escucha. Esta nueva corriente se denominó “bebop”
Los principales exponentes son Charlie Parker, Dizzie Gillespie, Max
Roach y Thelonious Monk. Tal era la rebeldía de este movimiento, de aquellos
que lo defendían en un inicio eran
personajes excluidos de la sociedad como homosexuales, traficantes de drogas,
poetas y proxenetas; raíz también del movimiento literario Beat.
Video: Dizzy Gillespie-Bebop
(1947)
Bajo este contexto, el concepto de creatividad se roza contantemente
con el de locura; el artista está en la posición limítrofe de la estética, lo
profano, lo grotesco y lo reminiscente cultural. Fue en este caso, que la
psicopatología y el uso de drogas enardeció el caudal creativo.
Por parte de la psicopatología, un trastorno grave inhibe el
funcionamiento integral, por lo cual no se mejora el funcionamiento de
producción artística, pero en casos leves puede ser un buen
promotor creativo. Fueron muchos los músicos de jazz que confirmaron la
presencia de alguna psicopatología, especialmente trastornos hipomaniacos.
El uso de sustancias psicoactivas o drogas también era frecuente, no
olvidemos el medio social en el que se desarrollaban, mal pagados,
discriminados y segregados por la comunidad blanca; la drogadicción se les
presentó como un escape al sufrimiento y al aburrimiento; se drogaban por
imitación y por presiones de éxito creativo, de una forma similar a la que
hacen los deportistas de alto rendimiento.
La heroína-peligrosa y adictiva-era consumida por Charlie “Bird” Parker, uno de los más grandes
saxofonistas de todos los tiempos, quien no se preocupó por ocultar su
adicción, inspiro a los jóvenes músicos que por imitarlo en todo, incluso
enconsumir heroína “Para tocar como Bird,
debes hacer lo que hace Bird” .Uno de estos jóvenes, Miles
Davis, otra leyenda de la música del siglo XX.
Si bien, consumir drogas no era un condicionante para el talento, y no todos los grandes músicos consumían, la
prensa se encargó de mitificar el carácter loco y
autodestructivo de esta cultura, atrayendo a quienes se identificaran y
alejando a quienes se espantaban, de todo aquello fuera de la moral clásica
americana.
Muchos de estos artistas murieron de forma prematura y trágica, el jazz
continuó evolucionando y esparciéndose por el
mundo, adaptándose a las culturas que lo recibían. Otros géneros como el blues
y el rock, heredaron su espíritu de rebeldía y desacato, probablemente en la
historia jamás habrá un medio de expresión tan libre, compleja, virtuosay
vanguardista como el jazz. En paradoja, logró poner
en jaque las formaciones musicales clásicas, viniendo de un contexto lleno de
conflictos, segregaciones y adicciones. Lo mejor sería pensar en la complejidad
que la vida misma es y ver lo bello de lo horrible, que para eso, el jazz se
toca solo.
Fuente: Presentación del Dr. Luis Enrique Garay Orozco en el marco del VI Congreso de Psicología Clínica y de Enlace: Tiempos de transición. La Psicología como proyecto infinito. Zapopan, Jalisco. Mayo 2011.
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Psic. José Luis
Ramírez Esparza
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