Una afasia, es
una alteración en la capacidad de utilizar el lenguaje. Una pérdida derivada de
un daño cerebral, que afecta la producción de lenguaje (habla, escritura), de
comprensión y de selección de palabras o elementos comunicativos. Se puede llamar afasia cuando el lenguaje ya
ha sido adquirido y después mengua o se pierde totalmente; no aplica en
problemas infantiles del desarrollo como retraso en la adquisición del habla o
pérdida parcial del habla en niños que no han adquirido totalmente la capacidad
parlante-comprensiva.
Se trata de un problema estudiado por las
neurociencias y sus profesionales son los neuropsicólogos, neurólogos y terapeutas del lenguaje que nos
permiten entender sus distintos tipos:
Los
cuadros sintomáticos de una afasia son complejos, no existiendo idénticos. Hay
clasificaciones especializadas que engloban grupos de síntomas, entre los básicos están:
Centros cerebrales especializados en lenguaje |
Afasia de
Broca: Provoca déficit en la
expresión verbal, reducción del vocabulario, en la calidad de la gramática y la sintaxis. Generalmente el afectado es
consciente de su trastorno, por lo cual el habla se hace más lenta, con
problemas en la articulación y con repetición constante de palabras y frases
(ecolalia). El lenguaje escrito se merma en la expresión escrita y la lectura
en voz alta.
Afasia de Wernicke: Genera una disminución en la capacidad de comprensión verbal (la
persona oye y lee, pero no comprende las palabras). El habla, como articulación
motora, se conserva llegando a expresarse con buena velocidad y claridad
fonética; sin embargo, el contenido puede ser confuso, creando palabras
compuestas inexistentes (neologismos) o una jerga propia. Este mismo problema
se presenta también en el lenguaje escrito.
Afasia global: Se
presenta una pérdida total de emisiones lingüísticas. Aunque puede conservarse
un lenguaje estereotipado consistente en la repetición de una palabra o una
frase. Igualmente, la comprensión puede limitarse sólo a unas cuantas palabras.
Las principales causas de una afasia
son:
Traumatismo craneoencefálico: derivados de caídas, accidentes viales o violencia,
puede afectar por medio de una lesión directa cerebral (por ejemplo arma de
fuego), hemorragias y hematomas que
aumentan la presión intracraneal, por edema (acumulación de líquido) e incluso
una posible infección posterior al evento traumático.
Tumores: es un crecimiento anormal de células en el tejido
cerebral que a expensas del organismo no cumplen ningún propósito. Son los
tumores que se desarrollan en áreas cerebrales especializadas en lenguaje los
que provocan sintomatología afásica.
Infecciones: puede ser por medio de bacterias, hongos, virus y
parásitos. Se provoca una afasia cuando comprometen el correcto funcionamiento
de las células cerebrales, su metabolismo y su irrigación sanguínea, o cuando por un edema se produce un aumento de presión
intracerebral, comprometiendo estructuras cerebrales delicadas.
Enfermedades metabólicas: cuando se carece de nutrientes básicos, el sistema
nervioso central puede verse afectado. Problemas en otros órganos como riñones, hígado, páncreas y glándulas
endocrinas, pueden generar estados confusionales y psicóticos, siendo la falla
en la selección de palabras el síntoma afásico más común.
Enfermedades degenerativas: enfermedades de Alzheimer, Huntington y Parkinson son
las más frecuentes. De la misma forma que se pierden otras funciones
cognitivas, el lenguaje va disminuyendo progresivamente, poco a poco se va
simplificando, aunque se suele conservar la gramática y la repetición
fonológica hasta estadios avanzados del Alzheimer. En la enfermedad de Parkinson,
aunque se pierde capacidad motora del habla, los signos afásicos son menores.
Tratamiento
El tratamiento suele ser conducido por un terapeuta de lenguaje con
monitoreo del neurólogo y el neuropsicólogo. Consiste en la reactivación de la
función oral y manual del lenguaje en un primer momento con frases simples y
claras, para ir progresivamente aumentando su complejidad. Los ejercicios se
realizan en un ambiente clínico apropiado y posteriormente se lleva a
situaciones cotidianas del paciente o al trabajo en grupo con otros pacientes.
Fuentes:
Ardila, A. (1992). Neuropsicología
clínica. Colombia.
Jiménez, M. (2011). La afasia
(I). Clasificación y descripción. Revista CSI.F. No. 38. Andalucía.
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Psic. José Luis
Ramírez Esparza