Hace ya más de 30 años que las diferentes que la comunidad científica
comenzó su empeño en estudiar uno de los problemas de salud más preocupantes
alrededor del orbe: el VIH/SIDA. Esta enfermedad ataca principalmente aquellas
sociedades de bajos y medianos ingresos, lo cual posiciona a México como un
país en donde existe una alta probabilidad de contraer la enfermedad.
Los factores que
predisponen el contraer VIH, son principalmente conductas de riesgo de tipo
psicosocial tales como:
·
Conducta sexual
irresponsable: teniendo relaciones sexuales con múltiples parejas, sin utilizar
métodos de prevención como el preservativo o condón.
·
Drogodependencia:
sobre todo aquellos consumidores de opioides (heroína, oxicodona, morfina, codeína, petidona y metadona). Por motivo de
la vía de administración que es inyectable y el alto nivel de adicción que producen.
Generalmente no existen las medidas de higiene adecuadas para la inyección lo
cual aumenta la posibilidad de infección.
·
Diversos estudios
señalan que existe una relación entre el alto consumo de alcohol y el contagio
de VIH. Se señala que la ingesta de alcohol predispone prácticas sexuales de
riesgo.
·
Las poblaciones
marginadas, personal médico o en condiciones de hacinamiento tienen mayor
probabilidad de contagio: trabajadores sexuales, profesionales de la salud,
inmigrantes, adictos, homosexuales, presos, pobladores de asentamientos
irregulares y enfermos mentales.
Las consecuencias psicológicas del VIH se parecen
mucho a aquellas de otras enfermedades que son potencialmente mortales como el
cáncer y la diabetes. Al principio, las personas niegan la enfermedad pensando
que no puede ocurrirle a ellas, su psiquismo no puede procesar la posibilidad
real de morir. Esta etapa sin embargo, supone un alto riesgo social; el portador de VIH continúa con sus conductas
de riesgo infectando a otras personas aún con la conciencia de saber que posee
el virus.
Cuando se va formando una
mayor conciencia de tener la enfermedad los principales problemas psicológicos
son la ansiedad y la angustia derivados de afrontar un acortamiento en la
esperanza de vida, los regímenes terapéuticos, la estigmatización y la
sensación de falta de apoyo de familiares y amigos.
En esta etapa existe riesgo suicida sobretodo cuando existen antecedentes
de trastornos depresivos, consumo de sustancias, baja tolerancia a la
frustración o una personalidad con tendencia a la impulsividad.
Uno de los aspectos que más preocupan a los trabajadores de la salud
mental son los problemas psicológicos y neuropsiquiátricos que son directos de
la infección por VIH y su tratamiento como lo son:
·
Encefalopatía por
VIH (Torpeza motora, mal equilibrio, temblores, perdida de memoria y de la
capacidad de concentración; letargo, apatía, pérdida de lenguaje y de la
espontaneid.
·
Estados maniacos
(inquietud, falsa euforia, impulsividad, hipersexualidad)o por el contrario, depresión.
·
Disminución de
rendimiento cognitivo e intelectual.
·
Demencia.
Algunas terapias
para variantes de los virus más resistentes pueden provocar como efectos
secundarios, nerviosismo, apatía, delirios y alucinaciones.
·
Los niños
lactante positivos en VIH pueden tener problemas de desarrollo motor y
cognitivo.
¿Qué hacer para disminuir estos problemas?
Por principio, la integración de la salud mental en las iniciativas y
programas relativos al VIH/SIDA. Por ejemplo, La OMS ha preparado una serie de
módulos y material de capacitación para la integración de las intervenciones de
salud mental en los programas terapéuticos antirretrovirales. Se deben incluir
la evaluación de los trastornos mentales y de consumo de sustancias nocivas.
Los proveedores de atención primaria de salud, incluidos los asesores preventivos
sobre VIH, además de los servicios de salud mental y atención de trastornos por
consumo de sustancias (anexos) tienen
que colaborar estrechamente con los relativos a la intervención sobre pacientes
con VIH/SIDA en todos los niveles a fin de facilitar una acción coordinada en
la que intervengan otros recursos pertinentes basados en la comunidad que
atienden.
Psic. José Luis Ramírez Esparza