Cada inicio de año, uno de los propósitos mayormente
mencionados es el de hacer ejercicio. Las motivaciones son diversas y van desde
mejorar el estado de salud, condición física, fortalecimiento cardiaco,
muscular o simplemente como tema estético.
Sin embargo,
un fenómeno que ocurre que tanto es el de la llamada vigorexia; La Vigorexia
sería un Trastorno de la Imagen Corporal; una forma manifiesta de obsesión por
la perfección corporal definida según
Baile (2005) como “una alteración de la salud caracterizada por una
preocupación patológica de ser débil y no tener suficiente desarrollo muscular
del cuerpo –aun teniéndolo- y que se manifiesta en la incapacidad de ver con
exactitud el tamaño del propio cuerpo, con comportamientos obsesivos y
negativos relacionados con al apariencia”.
Se parece a la anorexia en cuanto a que existe una
dismorfia corporal, la anoréxica se percibe con más volumen corporal del real y
el vigoréxico por el contrario, percibe menos volumen corporal. Como cliché cultural podemos decir que
mayormente las mujeres buscan perder peso y los hombres aumentar peso por medio
de masa muscular. Algunas personas están tan preocupadas por su desarrollo
muscular que eluden eventos sociales, pierden su trabajo e incluso siguen un
programa de entrenamiento aunque estén lesionados. Como no consiguen el cuerpo
ideal, son capaces de gastar grandes cantidades de dinero en suplementos
alimenticios e incluso experimentar con esteroides anabólicos. Estos producen
un incremento rápido de la masa muscular, a cambio de unos pequeños efectos
secundarios a corto plazo, sin embargo, a largo plazo se asocia con calvicie,
elevado colesterol, acné, ginecomastia y atrofia testicular.
Causas
La vigorexia puede ser ocasionada por problemas
fisiológicos o emocionales, siendo el caso de que este trastorno aparezca
vinculado a la relación del paciente con su entorno, se encuentran implicados
factores sociales, culturales y educativos, que influyen para que el individuo
desarrolle un tipo de personalidad obsesiva.
Finalmente, este trastorno debe ser tratado por las
implicaciones riesgosas de saludes físicas y psicológicas en el mediano y largo
plazo. En un esquema de tratamiento
similar al que se elabora en otros trastornos de la imagen corporal como la
anorexia. El acompañamiento médico, nutricional y psicológico es la clave.
Bibliografía
Baile, J. I. (2005). Vigorexia: Cómo reconocerla y
evitarla. Madrid: Síntesis.
Rodríguez, J. (2011). Vigorexia: de la adicción al
ejercicio a entidad nosológica independiente. Universidad Autónoma de Madrid.
Psic. José Luis Ramírez Esparza