La discusión
es un proceso natural dentro de la comunicación humana, se trata básicamente de
un dialogo cuyo fin básico es el intercambio de puntos de vista y de critica
sobre un tema puesto a debate, en donde regularmente las partes implicadas
tienen ideas contrapuestas.
Entendida
con la definición anterior, el discutir no parece gran cosa, sin embargo como
todo actuar en la comunicación humana supone una gran puesta en escena de
emociones y afectos que darán a la discusión rumbos no planeados. Uno de los
afectos que más afloran en la discusión es la agresividad, que se encuentra
presente en toda discusión. Sin embargo
esta agresividad puede ser:
- · Productiva; cuando se es categórico en la argumentación, con un buen sustento de congruencia y coherencia. Siendo en todo momento abierto y respetuoso hacia el otro, dando pie a un acoplamiento entre los diferentes argumentos.
- · Destructiva, cuando la agresión se desborda en una lucha de poder.
Esta última
forma de agresión durante la discusión genera un fenómeno llamado “escalonamiento”, en donde el nivel de
agresividad termina diluyendo el razonamiento argumental, convirtiéndolo en un
derramamiento de violencia verbal, en donde se pierde el sentido o el interés
por lo que la otra persona nos trata de decir. Se convierte entonces en la
búsqueda de una supremacía primitiva, más que un proceso de entendimiento o
acuerdo.
Entrar en
una escalada no significa vociferar o incluso elevar el tono de la voz; se
puede estar calmado y sin embargo seguir en el mismo nivel de violencia.
Se suele
tener una relación afectiva con la persona que se discute escalonadamente,
suele ser parte de la familia, como hermanos y padres, aunque es más común
entre las relaciones de pareja, en donde este tipo de discusión genera un alto
índice de ruptura e inicio de formas de violencias más peligrosas. El temor a
perder una discusión o a la relevancia del tema en cuestión pueden ser factores
que disparen una escalada, la cual suele terminar con una gran carga de
arrepentimiento, reconciliación y posterior discusión, creando así un circulo
vicioso.
Resulta muy
difícil no ser participe alguna vez de
una discusión escalonada, sin embargo si podemos caer en cuenta de que
nos enzarzamos en una de ellas y es entonces cuando hay que tomar las acciones
necesarias.
Algunas de
las soluciones al momento pueden ser:
- · El tiempo fuera: en el cual se solicita a la otra persona un tiempo para pensar.
- · El desarme afectivo: que trata de hacer consiente una separación entre los argumentos racionales y los afectos contenidos en la discusión.
Si uno se ve
constantemente atrapado en este tipo de discusión la terapia grupal es de gran
ayuda, ya que permite la contención más integrada de funcionamientos violentos
y su relación con los afectos a la hora de comunicar nuestros argumentos en una
discusión.
Psic. José
Luis Ramírez Esparza
Asesoría
Psicológica 01 800 111 8111