El padre y la formación psicológica temprana

La familia como  unidad de gran importancia en la formación psicológica de los hijos es incuestionable. Sin embargo, entre el padre y la madre existen diferencias específicas que evolutiva y socialmente se han asignado de acuerdo al rol de cada parte. El rol de la madre es por demás fundamental;  incluye  el cuidado de las necesidades básicas del niño, tanto de alimentación, higiene, abrigo y algo muy importante que es tener el contacto y el cariño maternos.

Ahora bien, en este mes del padre me gustaría centrar la atención en la figura y la función del padre en la formación psicológica del bebé. En un primer momento, en el que el niño presenta mayor vulnerabilidad, el padre debe procurar que la unión entre la madre y el niño se forme sin complicaciones, debe hacer lo posible por sostener esta relación proveyendo lo necesario en recursos  y cuidados, añadiendo además que también debe apoyar en el cuidado directo del bebé. Permitiendo así una madre dispuesta y descansada en su labor.

En un siguiente momento cuando el niño comienza a caminar, a hablar y a cuestionar su realidad, el padre adquiere una relevancia mayor, ya que este se convierte en el protagonista de la ejercitación del niño; esto quiere decir que es el padre  quien muestra el mundo a ese ser recién llegado que comienza a adentrarse en la realidad.

El buen padre por supuesto sabe dejar caer, sabe dejar equivocarse, sabe tener autoridad y al mismo tiempo ser incondicionalmente amoroso para que su hijo o hija sepa que por mucho que caiga tendrá el amor de papá a pesar de todo. Esto crea una fuerte identificación, no importando que sea niño o niña, esta identificación con el padre y con la forma en que papá ve el mundo forma la noción de un SOMOS. El niño deja de pensar solo para sí mismo y comienza a entender la función de la cooperación y de lo importante que es asociarse en la vida, crea un profundo sentido de pertenencia.

Actualmente esta función paterna ha perdido fuerza debido a las múltiples complicaciones culturales, económicas y sociales. 

Me permitiré dar un ejemplo de esta formación de pertenencia dada por el padre.

La Estatua de la Madre Patria,
levantada sobre la colina Mamáyev Kurgán en Volgogrado

Durante el apogeo de la segunda guerra mundial, las fuerzas alemanas marcharon hacia el Este en busca de poder derrocar a la nación Rusa, el avance del ejercito nazi fue incontenible y a pesar de que el invierno diezmo en parte el animo y fuerza de los alemanes, estos llegaron con gran poderío al interior de Rusia.

La ciudad de Stalingrado (actualmente Volgogrado) se trataba de un punto estratégico durante  la guerra, ya que dominando ese territorio se tendría control de los pozos petrolíferos de Rumanía. De esta forma se inicio el sitio y la batalla que duraría de agosto de 1942 a febrero de 1943. Esta batalla no solo fue librada entre el  ejército alemán y el soviético, sino también por la población civil de Stalingrado, hombres y mujeres que con una bravura sin precedentes defendieron la ciudad, demostrando un tremendo amor por su patria, aun a  costa de sus vidas. El lema soviético “NI UN PASO ATRÁS” fue actuado con una pasmosa ferocidad.

 Finalmente, esta ha sido catalogada la batalla mas sangrienta de la historia, de los 500,000 civiles de Stalingrado solo 1,500 quedaron con vida; igualmente perdieron la vida 500,000 soldados rusos, 150,000 soldados alemanes, haciendo prisioneros a otros 50,000 teutones.

Esta batalla cambio totalmente el rumbo de la guerra, dando paso al sanguinario y más atroz contra-ataque del ejército  soviético que acabaría tomando Berlín meses más tarde. 

Esta resumida historia de una ciudad heroica que dio la vida por su patria, es un ejemplo del sentido de incondicional, pertenencia e integración de un SOMOS en el cual, la función del padre lleva una responsabilidad de gran peso. Pero ejemplos de esto ahí más y por supuesto menos dramáticos, desde lo deportivo, lo laboral y lo educativo. El objetivo finalmente es amar a los hijos de forma incondicional.

Psic. José Luis Ramírez Esparza

Asesoría Psicológica 01 800 111 8111