Dentro de la variedad de enfermedades mentales que
provocan cambios dramáticos en la conducta, la percepción del mundo y del sí mismo,
encontramos la esquizofrenia como una de las más frecuentes. La esquizofrenia es un proceso de
disgregación o disociación de la realidad, también ha sido llamada “demencia precoz”
“discordancia intrapsíquica” o “disociación autística de la personalidad”.
El médico alemán Emil Kraepelin, en el siglo XIX, se dio a la tarea de unificar los
diferentes cuadros sintomáticos acumulados de las experiencias clínicas
anteriores de la comunidad médica, mientras que Paul Bleuler creó el concepto
de esquizofrenia.
La esquizofrenia es un trastorno psicótico grave, con manifestaciones
básicas que consisten en una mezcla de signos y síntomas característicos. Los
síntomas afectan a múltiples procesos psicológicos, como la percepción
(alucinaciones), ideación, comprobación de la realidad (delirios), procesos
de pensamiento (asociaciones laxas),
sentimientos (afecto plano, afecto inapropiado), conducta, atención,
concentración, motivación y juicio, aunque es importante considerar que no hay ningún síntoma que sea por sí solo sea
propiedad de la esquizofrenia.
Los síntomas esquizofrénicos se dividen en dos grandes bloques llamados
síntomas positivos y síntomas negativos, que se detallan a continuación:
Positivos
·
Alucinaciones: Auditivas,
visuales, olfatorias, cenestésicas (sensaciones corporales).
·
Ideas delirantes: Delirio de persecución, de culpa o pecado, religioso, somático (el
paciente cree que su cuerpo está enfermo), de referencia, de control, lectura,
difusión, inserción y robo de pensamiento.
· Comportamiento extravagante: Vestido y apariencia; comportamiento social y sexual,
comportamiento agresivo, conducta repetitiva.
Negativos:
·
Pobreza
afectiva: Disminución en la percepción y expresión de sentimientos. Lo que
para una persona es una experiencia emocional intensa, para un esquizofrénico
es apenas percibido, por ejemplo, la muerte de una persona cercana.
·
Alogia: Disminución
en calidad del proceso de pensamiento y cognición.
·
Abulia-Apatía: Falta
de energía, impulso e interés.
·
Anhedonia: Imposibilidad
de sentir placer o disfrutar de la experiencias y sensaciones.
Una de las principales características de la enfermedad es su alta
heterogeneidad o diversidad de manifestaciones patológicas entre los individuos
que la padecen. Desafortunadamente esta enfermedad aumenta las posibilidades de
mortalidad por causas secundarias, con el suicidio como la causa de muerte más
común a raíz de la esquizofrenia.
¿Cómo se desarrolla la esquizofrenia?
El inicio de la esquizofrenia se puede producir durante la adolescencia
–incluso en la infancia- o al inicio de la edad adulta. Afecta de forma similar
a ambos sexos; sin embargo en los varones, la edad de inicio más frecuente es a
comienzos de la tercera década de la vida; mientras que en las mujeres, a
finales de la tercera década y comienzos de la cuarta. La mayor parte de los
pacientes alternan los episodios psicóticos agudos con fases estables de
remisión total o parcial. Son frecuentes los síntomas residuales entre los
episodios. Esta enfermedad, que a menudo es de tipo crónico, puede
caracterizarse mediante tres fases que se fusionan unas con otras sin que
existan unos límites claros y absolutos
entre ellas.
·
Fase aguda (o crisis) Durante esta fase, los pacientes presentan síntomas
psicóticos graves, como delirios y/o alucinaciones, un pensamiento gravemente
desorganizado; generalmente, son incapaces de cuidar de sí mismos de forma
apropiada. Con frecuencia, los síntomas negativos pasan a ser también más
intensos.
·
Fase de estabilización (o postcrisis) se caracteriza por una reducción de la intensidad de
los síntomas psicóticos agudos. La duración de la fase puede ser de seis meses, o más, después del inicio de un episodio agudo (o crisis).
·
Fase estable (o de mantenimiento) Los síntomas son relativamente estables y, en el caso
de que los haya, casi siempre son menos graves que en la fase aguda. Los
pacientes pueden estar asintomáticos; aunque algunos tienen síntomas no
psicóticos, como tensión, ansiedad, depresión o insomnio. Cuando persisten los
síntomas negativos (déficit) y/o positivos, como delirios, alucinaciones o
trastornos del pensamiento, a menudo están presentes en formas atenuadas no
psicóticas (por ejemplo, circunstancialidad en vez de relajación, ilusiones en
vez de alucinaciones, ideas sobrevaloradas en vez de delirios).
La esquizofrenia lamentablemente no es curable, pero puede ser tratada
y controlada de forma muy eficiente con tratamientos médicos de última
generación, la psicoterapia individual y grupal, programas psicosociales tipo
hospital de día y trabajo psicoeducativo
con la familia.
Para asesoría psicológica
permanente marca al:
01 800 111 8111
Psic. José Luis Ramírez Esparza
No hay comentarios:
Publicar un comentario