Lo cual puede parecer paradójico, ya que la llegada de
un nuevo miembro a la familia, anhelado y esperado supondría sólo alivio o
alegría. La realidad es que cerca de un 14,5% de las mujeres presenta un
episodio depresivo de mayor o menor intensidad durante los tres meses
posteriores al parto, y es alarmante que la mitad de los casos ocurran sin ser
detectado por las instituciones de salud.
El cuadro clínico consiste en la presencia de
tristeza, llanto, pérdida de la capacidad por sentir placer, decaimiento en la calidad del sueño, cambios
de patrón alimenticio, cansancio físico, disminución en la atención y
concentración, sensación de minusvalía, irritabilidad y sensación de culpa
respecto al cuidado y la crianza de los hijos.
Pueden llegar a presentarse ideaciones de muerte con tentativa suicida,
agresión hacia la familia, en especial con el recién nacido. Se debe diferenciar de un leve cuadro sintomático de tristeza, ansiedad y cefalea llamado “blues
postparto”, que ocurre los 10 días
posteriores y que remite espontáneamente. La depresión post-parto por el
contrario, posee una gran semejanza con el trastorno depresivo mayor.
Las causas pueden ser psicosociales y biológicas:
Psicosociales:
·
Eventos
traumáticos recientes: rupturas amorosas, pérdida de un ser querido, pérdida
del empleo, problemas económicos, migración, sufrimiento de un crimen o
accidente.
·
Sexo no deseado
del recién nacido, malformaciones o enfermedades.
·
Bajo nivel de
apoyo familiar o rechazo social de su condición como madre.
·
Historia previa
de depresión o trastornos del estado de ánimo.
Biológicas:
·
Hormonas
reproductivas: una disminución en la producción de progesterona fuera del rango
normal, puede propiciar la depresión post-parto.
·
Eje
hipotálamo-hipófisis-adrenal: Los niveles de glucocorticoides determinan la
tendencia hacía síntomas depresivos. Se han encontrado altos niveles de
cortisol en mujeres que presentan cambios de ánimo positivos tras el embarazo.
El tratamiento de este trastorno se realiza en medida de las
necesidades clínicas de cada mujer. No es siempre la mejor opción administrar
medicamentos. La psicoterapia ha demostrado tener excelentes resultados por sí
misma, sobre todo en casos de leves a moderados. Cuando se requiera suministrar medicación
siempre tendrá que hacerla un
especialista, cuidando la integridad de la madre y el
niño lactante.
Como siempre, la atención oportuna es esencial para la óptima
recuperación de la estabilidad emocional. Este trastorno impacta seriamente la
relación madre-hijo, afectando una etapa vital en el desarrollo integral, el vínculo
y de consolidación familiar.
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asesoría psicológica marca al 01 800 111 8111
Psic. José Luis
Ramírez Esparza jramirez@toka.com.mx
Fuentes:
Gavin, N.
(2005) Depresión perinatal: una revisión
sistemática de prevalencia e incidencia. Colegio
Americano de Ginecología y Obstetricia.P.106.
American
Psychiatric Association.(2000). Diagnostic and Statistical
Manual of Mental Disorders.Fourth Edition.Washington D.C.
National Institute for Health and Clinical Excellence.
(2007) Antenatal and postnatalmental health: clinical management and service
guidance. ClinicalGuideline. P. 45.
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