A través de la historia de la filosofía y la
ciencia, se han separado el cuerpo y la
mente a fin de ser estudiados con mayor precisión. Pero esta separación ha
tenido un alto costo de limitantes al momento de abordar ciertas problemáticas.
Una afrenta a este pensamiento separatista, es la
realidad de interdependencia de nuestro cuerpo y mente, que no son unidades
separadas, sino una entidad compleja con múltiples determinantes.
Las patologías mentales pueden tener una raíz
fisiológica clara. Para tal caso abordaremos un síndrome sumamente
característico, el Prader-Willi (SPW). Dicho síndrome es una alteración
genética derivada de la pérdida de un fragmento estructural del cromosoma 15.
Entre las características de las personas con SPW encontramos:
·
Baja estatura
·
Hipogonadismo
(alteración en óvulos y testículos)
·
Problemas de
aprendizaje.
·
Disminución de
tono muscular.
·
Leve incapacidad
intelectual.
·
En ocasiones,
polidactilia(más de cinco dedos)
·
Inexistencia de
saciedad alimentaria
Es precisamente la falta de saciedad lo que determina el mayor
detrimento psicosocial que caracteriza este síndrome. El sujeto con SPW pudiera
no sentir hambre, pero necesita consumir alimentos en gran cantidad y de forma
constante. Esto implica características en el desarrollo personal que fluctúan,
al inicio, con una personalidad afectuosa y alegre. Pero una vez que se
llega a una infancia avanzada, a partir
de los 7 años, inician síntomas propios de la frustración y la restricción de
sentir la necesidad de consumo de alimento, la obesidad temprana y las características morfológicas
del síndrome como nariz ancha y la polidactilia, hacen evidente en el niño que
tiene algo diferente a los demás. Con ello vienen rabietas, conductas auto
lesivas a modo de chantaje, aislamiento, ataques de ira y básicamente un
déficit en la capacidad interpersonal en el niño.
Aunado a esto, si bien su déficit intelectual no es acentuado, si es el
suficiente para provocar no sólo frustración a los niños, sino a las familias. Debido
a la alta urgencia de saciedad, el niño con SPW es sumamente obstinado y
generalmente las herramientas de razonamiento y negociación son inútiles.
Abordar un SPW, requiere un trabajo interdisciplinario, donde se debe
intervenir en las cuestiones fisiológicas de la sensación de saciedad a nivel
talámico, las implicaciones subjetivas del niño y las relaciones sistémico
relacionales en la familia y grupos de apoyo.
Una cuestión a considerar es que el niño considera más importante tener
un desarrollo normal, con relaciones personales saludables, a consumir la
comida que su cuerpo le pide. Pero es una tarea ardua que llena de frustración y
en la cual no se les debe dejar solos.
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