Desde hace mucho tiempo el fenómeno de la sugestión
viene dando trabajo a los investigadores de la mente humana. El ser humano es
el único ser vivo conocido que puede ser sugestionado.
La hipnosis, como proceso de sugestión, ha
representado una gran fuente de controversia; existen pocas definiciones claras
y operativas. Aunado a esto, el ser hipnotizado tiene un velo presente de debilidad mental o de persona fácilmente
influenciable; hecho que poco ayuda a dar luz al panorama de la hipnosis como
auxiliar terapéutico.
Es así, lejos de la folclórica hipnosis como medio de
espectáculo y entretenimiento, que se puede dilucidar una práctica antigua y
poco comprendida, la hipnoterapia se ha utilizado para tratar a pacientes con
problemas emocionales e incluso físicos, pero sólo es aplicable dentro del
marco de una psicoterapia o tratamiento base, es decir, no de forma casual y
única, por lo tanto, únicamente puede ser utilizada por médicos, psiquiatras o
psicólogos.
Se basa principalmente en acceder vía subconsciente a
contenidos y experiencias, para después ser modificada o reprogramada a fin de
aliviar al paciente en su sufrimiento. Aunque existan testimonios favorables,
no hay pruebas científicas y metodológicas que afirman la validez técnica de la
hipnoterapia. Con lo anterior, es inevitable que se hayan formado mitos
respecto a esta controversial técnica:
1.
La hipnosis es un tipo de sueño con pérdida de la
conciencia: Si bien es cierto que
para la hipnosis es necesaria una posición cómoda, ya sea recostado o sentado
con los ojos cerrados y relajación muscular, el estado de conciencia descrito
es un estado intermedio entre la vigilia y el sueño fisiológico. La persona hipnotizada responde bien a los
estímulos exteriores y es capaz de articular un lenguaje claro y con buen ritmo.
¿alguna vez ha conversado con una persona que hable en sueños? Seguramente el
dialogo sería sumamente incoherente y disgregado. Este mito pudo nacer a raíz
de la emblemática y dramática frase que se piensa usan los hipnotistas para
inducir a su paciente: “Está usted
cayendo en un sueño muy profundo, sólo piensa en dormir”.
2.
El hipnotista tiene poderes especiales: Se presenta la imagen del hipnotista seductor y
controlador, capaz de influenciar hasta en los mismos sueños. Lo cierto es que
un buen hipnotista no es otro que un buen terapeuta clínico, capaz de saber
aplicar la técnica en el momento preciso y con intensión adecuada. Por supuesto
no es una característica innata, el buen hipnotista lleva una larga carrera de
práctica y ensayo, incluso, con el tiempo y la investigación se ha desplazado
el lugar fundamental del hipnotista por el del paciente hipnotizado como agente
primario de cambio y éxito terapéutico.
3.
El sujeto bajo hipnosis no puede mentir: Es común que muchas personas busquen la hipnosis para
encontrar “la verdad”, pero lo cierto
es que como herramienta de veracidad es muy poco eficiente, incluso para la
clarificación de recuerdos a través de la regresión hipnótica (que es para lo
que la usan en las películas), científicamente no ha demostrado nada
significativo que la avale como un instrumento de extracción de información.
4.
El sujeto pierde la capacidad de autonomía y hará todo
lo que el hipnotista le pida: Este
mito nace de los espectáculos y shows realizados con el simple fin de
entretener. La hipnosis como proceso de sugestión, hace simplemente lo que su
raíz semántica le permite; solamente sugerir. Jamás existe la pérdida de
autonomía y la hipnosis simplemente profiere un campo fértil de apertura de conciencia,
vislumbra los caminos que permitan la realización de una tarea y objetivo
terapéutico.
Concluyendo este tema nos damos cuenta de que la hipnosis está lejos de
ser una cura milagrosa o mágica. Se trata solamente de una técnica o
herramienta que se utiliza en ciertos momentos y para algunos casos. El mismo
Sigmund Freud deshecho pronto esta técnica de su repertorio al darle pobres resultados
clínicos. Sin embargo, existen muchos defensores de su eficacia y validez,
sería necesario un estudio científico bien adaptado que permita descubrir qué opciones
nos permite abrir la hipnosis
Para
asesoría psicológica llama al 01 800 111 8111
Psic. José Luis
Ramírez Esparza
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