“Los artistas que dicen que practican ocho horas diarias son unos mentirosos o unos asnos” Andrés Segovia, guitarrista clásico
Nuestra vida académica demanda mucho tiempo de nuestra
juventud. Y sin embargo, a pesar de los
esfuerzos metodológicos por parte de investigadores y docentes, el hábito de
estudio se destina a la identidad individual de cada estudiante. Cada quien le
da mayor importancia a diferentes factores como procesos de memorización, el
ambiente de estudio, la cantidad de café necesaria o el equilibrio perfecto
entre urgencia y tiempo límite para un examen o trabajo final. Si tus hábitos al estudiar te dan resultados
y te permiten una calidad de vida digna, todo está bien. Pero, si vives al límite del estrés y dejas gran parte
de tus resultados a la suerte, quizá algunos consejos te vendrían bien.
En primer lugar, debes saber que hábitos de estudio
adecuados son un predictor de éxito académico más significativo que la
memorización o el nivel de inteligencia. Es probable que a lo largo de tu
educación hayas sistematizado una forma de estudio, pero conforme se avanza en
la vida, también se aumentan las responsabilidades, teniendo que trabajar y
estudiar al mismo tiempo, con menor apoyo de los padres, en ocasiones viviendo
solos y lo que es peor con profesores más despiadados. Por tal razón, no te
angusties si tu sistema ya no funciona como antes, lo más probable es que
necesites hacer algunos ajustes.
· Utiliza una agenda o un calendario y señala las fechas
importantes de tu calendario escolar, como fecha de entrega de trabajos,
reuniones de asesoría, revisión de avances y rondas de exámenes.
· Dedica un momento de tu semana a realizar avances a
mediano y largo plazo. Es importante si se trata de tu tesis, un protocolo de
investigación o un ensayo, que le des tiempo a los procesos de recopilación de
información y planteamientos metodológicos. Cuando se hace con prisa de seguro
tendrá errores que te harán trabajar más y con menos tiempo.
· Optimiza tus anotaciones. Un error común es tomar nota
de todo lo que se trata en clase de forma indiscriminada. Debes buscar el
equilibrio entre anotar la información más relevante, ser proactivo y poner
atención a los matices de la enseñanza del profesor. Una forma eficiente de anotaciones es con
mapas semánticos y cognitivos, que te permitan esquematizar la información,
añadiendo notas personales de crítica y análisis. Te agradecerás a ti mismo al
momento de estudiarlas posteriormente.
· Cuida tu lugar de trabajo. No se trata de estudiar en
un ambiente aséptico y aislado. Con el simple hecho de que no tenga
distracciones que te incomoden y esté bien iluminado basta. Desde tu
habitación, la biblioteca de la escuela, un cibercafé, tumbado en el pasto o
sentado en unas escaleras.
· Jamás dejes de dormir por estudiar. Ya sabemos que uno
de los clichés de la vida estudiantil es pasar las noches en vela en aras de la
educación. Pero siendo objetivos, el cerebro disminuye su rendimiento conforme
más cansado se encuentre. Lo ideal es por ejemplo, dormir a las 10:00 y
levantarte a la 1:00 am. Tres horas son
mejor que nada y tu cerebro estará en forma y descansado para una jornada de
estudio nocturna.
· Estudia y trabaja en bloques de atención: los niveles
de concentración no son constantes, tienen alzas, mesetas y descensos en ciclos
de cada 2 horas. Hacer maratones de estudio sin parar puede ser improductivo,
pero si no hay escapatoria, trabaja 2 horas y descansa 20 minutos.
· Divide los trabajos complicados o extensos en pequeñas
etapas que debes cubrir en un lapso de tiempo.
· Lee activamente: cuando leas realiza anotaciones
marginales o esquemas que te permitan reacomodar en tus términos los contenidos
que vas aprendiendo. No leas únicamente lo indispensable, busca otras fuentes
de información que apoyen tus puntos de vista y que los contradigan, lateraliza
tu conocimiento buscando en fuentes interdisciplinarias. Y si tienes tiempo,
realiza lectura artística, ensayos literarios, novelas, antologías y crónicas
interesantes. La finalidad es diversificar tus conocimientos y posturas.
· Agrúpate: cuando quieras aprender sobre un tema de
múltiples puntos de vista, busca grupos de estudio y análisis. A grandes
problemas, grandes grupos de pensamiento.
· Evita medicarte: es fácil pensar que existen
medicamentos que te darán mayor concentración y retención. Lo cierto es que
este tipo de medicamentos son transitorios en nuestro funcionamiento y depender
de ellos es nocivo para la salud física y psicológica. Hábitos de estudio
saludables son para siempre y son plenamente más rendidores.
Al final se trata de que desarrolles una identidad adaptable a lo que
necesites estudiar y trabajar. Recuerda que lo importante no es la
calificación, si no la aplicación de tus aprendizajes en un mundo productivo y
creativo.
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Psic. José Luis
Ramírez Esparza