jueves, 20 de febrero de 2014

El delirio



Se trata de uno de los síntomas de la locura que ha calado más profundo en imaginario popular. Regularmente el delirio es parte de una enfermedad sistemática, por ejemplo la esquizofrenia o toxicomanías. Sin embargo, también existe el delirio como síntoma aislado  o único; pero hay poca investigación al respecto.

Para el psiquiatra alemán Karl Jaspers, el delirio se trata de una idea falsa, que mantiene con una convicción subjetiva extraordinaria, que además se mantiene frente a contra-argumentaciones, experiencias en contra y/o contenidos imposibles.  Es decir, la idea delirante debe incluir:

  • ·         Una certeza subjetiva.
  • ·         Un grado de incorregibilidad.
  • ·         Contenido irreal.


El delirio puede entenderse mejor desde el ámbito de la comunicación, más que el de la lógica; debe centrarse la atención en aquello socialmente construido, y no  demarcar la falsedad o veracidad del contenido de una idea.

El delirio posee como característica capital el hecho de que es siempre autorreferente, es decir, el yo siempre está involucrado y sobre el orbitan el resto de los objetos afectados por el delirio. Al poseer esta característica solipsista (solo mi forma de ver la realidad es la correcta), el contenido delirante es sumamente invasivo, causando perplejidad y sentimientos arrolladores, de miedo, euforia, rabia etc. Esto último es lo que termina por volver psicótico cualquier episodio delirante, la realidad externa no tiene ninguna, o suficiente, cabida para el criterio del delirante.

Tipos de delirios más comunes:

·         De persecución: Sufrido de forma común por pacientes con esquizofrenia de tipo paranoide. Al afectado sospecha de ser blanco de algo o de alguien, en continua sensación de alerta y temor. Creen que pueden ser atrapados por crímenes que no cometieron, heridos, envenenados, por mencionar algunos.

·         De referencia: También común en la esquizofrenia de tipo paranoide, consiste en la interpretación egocéntrica de la información. Se cree que los gestos y palabras de personas desconocidas están dirigidas hacia uno mismo.  Se adjudican para sí letras de canciones, comentarios en televisión o frases de libros, creyendo que quien los creo lo hizo para y solo para el delirante.

·         De grandeza: Se basa en la creencia de ser una persona en extremo importante. Se puede pensar que se es un personaje famoso o algún miembro de la clase política. A este delirio sobreviene una ansiedad por no ser reconocido por el resto de las personas, como lo que se cree ser.

·         Religioso: Existe una percepción distorsionada sobre la relación que se tiene con Dios. Pueden creer que tienen una relación especial con Dios sobre las demás personas. Incluso pueden llegar a creer que Dios le ha dado poderes especiales.  En casos extremos, la persona delirante puede creer que es Dios.

·         Somático: Implica una preocupación por el cuerpo. El afectado suele pensar que algo malo ocurre en su cuerpo sin tener evidencia clara sobre ello. Aparece frecuentemente la sensación de tener un tumor, de cuerpos extraños dentro del cuerpo, invasión de parásitos, etc.

·         Control: Ante todo referido al pensamiento. El delirante puede creer que es capaz de controlar el pensamiento de los demás o en su defecto ser controlado. También que el pensamiento puede ser robado o implantado.


Asesoría psicológica permanente, marca al 01 800 111 8111

Psic. José Luis Ramírez Esparza




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