miércoles, 20 de noviembre de 2013

El duelo y sus fases


Una de las partes más dolorosas de la naturaleza humana es la pérdida. Y es justamente de este dolor de donde proviene el término duelo; el cual es la reacción normal ante la pérdida de un ser querido, de nuestra propia vida o una forma de vivirla, siendo por lo tanto en fenómeno puramente subjetivo que se vive de forma diferente de persona en persona. Sin embargo, tiene un carácter universal y es parte de la existencia de todos nosotros.

Tiene características que afectan lo físico, lo psicológico y lo social. La duración y la intensidad de un estado de duelo varía en relación a la resistencia individual de cada individuo, su red de apoyo familiar e institucional (por ejemplo instituciones de salud, o trabajo, por citar algunas).

El duelo es dividido generalmente en distintas fases, existiendo muchas modificaciones que cada autor maneja según su propio criterio, aquí les presento una serie de  fases que representan un duelo normal.

1. Primera etapa: se caracteriza por un estado de choque más o menos intenso, hay una alteración en el afecto, como una sensibilidad anestesiada, el intelecto está paralizado y se afecta el aspecto fisiológico con irregularidades en el ritmo cardíaco  náuseas o temblor. Se vive un rechazo e incredulidad que puede llegar hasta la negación, observable por un comportamiento tranquilo e insensible, o por el contrario, exaltado y maníaco. Esta fase es generalmente de corta duración, se extiende desde el anuncio de la  muerte hasta el término de los rituales fúnebres.

2. Etapa central: es el núcleo mismo del duelo; se distingue por un estado depresivo y es la etapa de mayor duración. Al principio, la imagen del desaparecido ocupa siempre y por completo la mente del doliente. Conforme pasa el tiempo, alternan momentos de recuerdo doloroso con la paulatina reorganización de la vida externa e interna de quien sufrió la pérdida. En esta fase se recuerda constantemente al desaparecido y se añoran los pequeños detalles de la vida cotidiana que se compartían. Existe una depresión que se instala rápidamente después de acaecido el fallecimiento y que va a durar desde meses hasta años (en el caso de complicaciones en la elaboración del duelo). El estado depresivo del duelo hace que la persona, totalmente ocupada de su objeto doloroso, viva replegada sobre sí misma. Nada le interesa ya, el mundo está vacío y sin atractivos.

3. Etapa final: es el periodo de restablecimiento. Comienza cuando el sujeto mira hacia el futuro, se  interesa por nuevos objetos y es capaz de volver a  sentir nuevos deseos y de expresarlos.

Este periodo de adaptación se manifiesta por el desarrollo de nuevas relaciones sociales. Puede haber una separación de los objetos personales del fallecido, guardando solamente  los más significativos. El estado depresivo se disipa, el dolor y la pena van disminuyendo, la persona experimenta un  alivio. El final del duelo se manifiesta, esencialmente, por la capacidad de amar de nuevo.

Estar en duelo es una etapa de gran dolor y crecimiento; recuerda que tienes tu asesoría psicológica las 24 horas los 365 días del año. También puedes visitarnos en redes sociales a través de: http://goo.gl/i4y63

Psic. José Luis Ramírez Esparza

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