lunes, 9 de junio de 2014

Juego patológico




La diversión no es sólo una necesidad, es un espacio en el cual podemos distendernos, olvidar por un momento los problemas cotidianos; la diversión es necesaria para una buena salud mental. A través del juego se vive la libertad y en la mayoría de los casos si se analiza desde una perspectiva pragmática, hasta parecería que es una actividad superflua.

            Es desde aquí que entra un elemento que cambia de forma drástica la naturaleza del juego: el dinero. El juego de apuesta existe desde hace mucho tiempo, sin embargo, ha sabido evolucionar y ha encontrado en la postmodernidad una forma muy prospera de existir a través de casinos, páginas de internet y sociedades de jugadores o apostadores. Existen juegos en donde el azar es primordial, dados, cartas, quinielas, tragamonedas y otros que  requieren cierta habilidad, como el  ajedrez, deportes, videojuegos. La gente generalmente siente preferencia de apostar en los juegos donde el azar es un factor importante.      

            Observando el fenómeno del juego se entiende solamente como una forma de recreación, sin embargo muchas personas evolucionan sus hábitos lúdicos de forma progresiva hacia una anormalidad y posteriormente hacia una patología, en donde se puede ver destruida la vida social, familiar y obviamente económica. Tal situación se denomina juego patológico o ludopatía.

El desarrollo del trastorno es similar al de cualquier adicción, se tienen que analizar la intensidad del impulso, cuánto tiempo se dedica al juego, cuánto dinero se invierte y que tanto afecta a otras actividades como la familia, el trabajo o la escuela.   Para ser más claro, la Asociación Psiquiátrica Americana a través de su Manual Diagnóstico (DSM IV TR, 2000) expone los siguientes criterios diagnósticos:

1. Preocupación por el juego (por ejemplo, preocupación por revivir de nuevo las experiencias pasadas de juego, por planificar la siguiente aventura, o por pensar en el modo de obtener dinero con el que jugar).
2. Necesidad de jugar una cantidad cada vez mayor de dinero para obtener la excitación deseada.
3. Hacer repetidos esfuerzos sin éxito para controlar, interrumpir o detener el juego.
4. Inquietud o irritabilidad cuando intenta interrumpir o detener el juego.
5. El juego se utiliza como estrategia para escapar de los problemas o para aliviar la disforia (por ejemplo, sentimientos de desesperanza, culpa, ansiedad, depresión).
6. Después de perder dinero jugando, a menudo se vuelve otro día para intentar recuperar lo perdido (tratando de «cazar» las propias pérdidas).
7. Se engaña a los miembros de la familia, terapeutas u otras personas para ocultar el grado de implicación con el juego.
8. Se cometen actos ilegales, como falsificación, fraude, robo o abuso de confianza para financiar el juego.
9. Se han arriesgado o perdido relaciones interpersonales significativas, trabajo, u oportunidades educativas o profesionales debido al juego.
10. Se confía en que los demás proporcionen dinero que alivie la desesperada situación financiera causada por el juego.

Es importante además distinguir que existen diferentes grados de profundidad y complejidad en éste trastorno, por lo cual es correcto diferenciar cierta tipología de jugadores (Custer, 1984):

·         Jugador profesional: Ve el juego como un estilo de vida y una profesión; generalmente elige juegos en donde la habilidad y experiencia juega un papel determinante, por ejemplo: los juegos de baraja. Realizan sus apuestas mediante cálculos meticulosos y no llevados por emociones viscerales.
·         Jugador social: Sólo juegan por entretenimiento, placer y acompañamiento de otras personas. Las apuestas son pequeñas a veces simbólicas. Pueden entrar y volver al juego libremente. No tienen ganancias ni pérdidas significativas.
·         Jugador problemático: Suele sacrificar otras actividades importantes por buscar situaciones de juego. Pone en apuesta cantidades de dinero que pueden estar fuera de sus posibilidades por lo que el riesgo de entrar en un círculo vicioso aumenta.
·         Jugador patológico: Se pierde el control de la situación de juego y la capacidad de dejarlo a voluntad. Cuando pierden, les invaden pensamientos obsesivos de recuperar lo perdido a toda costa. Sus procesos de pensamiento son irracionalmente optimistas y supersticiosos.
El proceso en el que se desarrolla la enfermedad puede ser variado de entre uno a 20 años iniciando en la adolescencia o adultez joven con las siguientes etapas (Echaburúa, 1992):
·         Etapa de ganancia: Ocurre durante el juego social, se comienza ganando poco, pero se le da mucha importancia. Se minimizan las pérdidas y se gana en autoestima y optimismo.
·         Etapa de pérdida: El jugador pasa a actuar en solitario o buscando otras personas con su mismo patrón de juego. Como aumenta la cantidad de dinero en juego y la frecuencia de riesgo, la persona se va endeudando por lo que arriesga aún más con el fin de reponer sus pérdidas; se inicia un círculo vicioso. En este punto la calidad de vida familiar y social se encuentra diezmada.
·         Etapa de desesperación: El nivel de endeudamiento llega a tal punto que la persona es capaz de cometer actos ilícitos para conseguir más dinero. Tienden a agravarse problemas familiares y de otro tipo de adicciones; como el alcohol. El sujeto siente que se queda sin opciones y generalmente las únicas salidas viables son: el suicidio, el encarcelamiento, la huida o la búsqueda de ayuda profesional.

Tratamiento y consejos

Existen diferentes tratamientos efectivos para el tratamiento del juego patológico, los cuales involucran psicoterapias focales como las cognitivo-conductuales, terapias de grupo con otras personas con problemas similares, acompañamiento profesional familiar y en algunos casos medicación controlada.

Puedes apoyar a una persona con ludopatía de la siguiente forma:

·         No pagues sus deudas ni lo saques del apuro económico, de otra forma se encubriría una conducta que es dañina para ella misma y para sus seres queridos.
·         En la medida de lo posible, presiona para que tenga ayuda y el tratamiento indicado. Como en cualquier enfermedad mientras más temprano se atienda mayores son las posibilidades de éxito en el tratamiento. 
·         En caso de ser necesario, tomar el control del dinero, tarjetas de crédito y cartillas del jugador.
·         Si la persona no accede a consultarse profesionalmente sobre su problema de juego, por lo menos animarlo a hacerlo por los síntomas anexos y laterales como la ansiedad, depresión o irritabilidad.

American Psychiatric Association (2000): Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (4th. ed. rev.), Washington,DC.

Echeburúa, E. (1992): Psicopatología, variables de personalidad y vulnerabilidad psicológica al juego patológico. Psicothema, 4, 7-20.

Custer, R.L. (1984): Profile of the pathological gambler, Journal of Clínical Psychiatry, 45, 2-12.


Para asesoría psicológica marca al 01 800 111 8111

Psic. José Luis Ramírez Esparza




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