lunes, 23 de febrero de 2015

Mejora tus hábitos de estudio


“Los artistas que dicen que practican ocho horas diarias son unos mentirosos o unos asnos” Andrés Segovia, guitarrista clásico

Nuestra vida académica demanda mucho tiempo de nuestra juventud. Y sin embargo,  a pesar de los esfuerzos metodológicos por parte de investigadores y docentes, el hábito de estudio se destina a la identidad individual de cada estudiante. Cada quien le da mayor importancia a diferentes factores como procesos de memorización, el ambiente de estudio, la cantidad de café necesaria o el equilibrio perfecto entre urgencia y tiempo límite para un examen o trabajo final.  Si tus hábitos al estudiar te dan resultados y te permiten una calidad de vida digna, todo está bien. Pero, si  vives al límite del estrés y dejas gran parte de tus resultados a la suerte, quizá algunos consejos te vendrían bien.

En primer lugar, debes saber que hábitos de estudio adecuados son un predictor de éxito académico más significativo que la memorización o el nivel de inteligencia. Es probable que a lo largo de tu educación hayas sistematizado una forma de estudio, pero conforme se avanza en la vida, también se aumentan las responsabilidades, teniendo que trabajar y estudiar al mismo tiempo, con menor apoyo de los padres, en ocasiones viviendo solos y lo que es peor con profesores más despiadados. Por tal razón, no te angusties si tu sistema ya no funciona como antes, lo más probable es que necesites hacer algunos ajustes.

·       Utiliza una agenda o un calendario y señala las fechas importantes de tu calendario escolar, como fecha de entrega de trabajos, reuniones de asesoría, revisión de avances y rondas de exámenes.
·       Dedica un momento de tu semana a realizar avances a mediano y largo plazo. Es importante si se trata de tu tesis, un protocolo de investigación o un ensayo, que le des tiempo a los procesos de recopilación de información y planteamientos metodológicos. Cuando se hace con prisa de seguro tendrá errores que te harán trabajar más y con menos tiempo.
·       Optimiza tus anotaciones. Un error común es tomar nota de todo lo que se trata en clase de forma indiscriminada. Debes buscar el equilibrio entre anotar la información más relevante, ser proactivo y poner atención a los matices de la enseñanza del profesor.  Una forma eficiente de anotaciones es con mapas semánticos y cognitivos, que te permitan esquematizar la información, añadiendo notas personales de crítica y análisis. Te agradecerás a ti mismo al momento de estudiarlas posteriormente.
·       Cuida tu lugar de trabajo. No se trata de estudiar en un ambiente aséptico y aislado. Con el simple hecho de que no tenga distracciones que te incomoden y esté bien iluminado basta. Desde tu habitación, la biblioteca de la escuela, un cibercafé, tumbado en el pasto o sentado en unas escaleras.  
·       Jamás dejes de dormir por estudiar. Ya sabemos que uno de los clichés de la vida estudiantil es pasar las noches en vela en aras de la educación. Pero siendo objetivos, el cerebro disminuye su rendimiento conforme más cansado se encuentre. Lo ideal es por ejemplo, dormir a las 10:00 y levantarte a la 1:00 am.  Tres horas son mejor que nada y tu cerebro estará en forma y descansado para una jornada de estudio nocturna.
·       Estudia y trabaja en bloques de atención: los niveles de concentración no son constantes, tienen alzas, mesetas y descensos en ciclos de cada 2 horas. Hacer maratones de estudio sin parar puede ser improductivo, pero si no hay escapatoria, trabaja 2 horas y descansa 20 minutos.
·       Divide los trabajos complicados o extensos en pequeñas etapas que debes cubrir en un lapso de tiempo.
·       Lee activamente: cuando leas realiza anotaciones marginales o esquemas que te permitan reacomodar en tus términos los contenidos que vas aprendiendo. No leas únicamente lo indispensable, busca otras fuentes de información que apoyen tus puntos de vista y que los contradigan, lateraliza tu conocimiento buscando en fuentes interdisciplinarias. Y si tienes tiempo, realiza lectura artística, ensayos literarios, novelas, antologías y crónicas interesantes. La finalidad es diversificar tus conocimientos y posturas.
·       Agrúpate: cuando quieras aprender sobre un tema de múltiples puntos de vista, busca grupos de estudio y análisis. A grandes problemas, grandes grupos de pensamiento.
·       Evita medicarte: es fácil pensar que existen medicamentos que te darán mayor concentración y retención. Lo cierto es que este tipo de medicamentos son transitorios en nuestro funcionamiento y depender de ellos es nocivo para la salud física y psicológica. Hábitos de estudio saludables son para siempre y son plenamente más rendidores.

Al final se trata de que desarrolles una identidad adaptable a lo que necesites estudiar y trabajar. Recuerda que lo importante no es la calificación, si no la aplicación de tus aprendizajes en un mundo productivo y creativo.

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Psic. José Luis Ramírez Esparza

jramirez@toka.com.mx

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